8 ago 2013

Capítulo IV, la boda.

Solía tener uno de esos amores inacabados de los que tanto se habla. Bueno, no se hablan; pero se saben. Por ti, por él, y por todo el puto mundo. Todo el mundo tiene su espina clavada tarde o temprano. Incluso podría llamarse rencor en vez de amor. Sea lo que sea, todo el mundo lo tiene. Y si no lo tienen, lo tendrán.

La carta llegó al mediodía.


4 ago 2013

Capítulo III, la escalera.

Solíamos usar la escalera para bajar o subir. El ascensor era demasiado lento y creíamos que era una pérdida de tiempo. No mencionábamos que lo fuera el estar interminables horas tirados por cualquier parte, haciendo profusas odas a la Nada, imaginando un futuro lejano que cada día nos apretaba más y más la soga del cuello... No, nada de eso era una pérdida de tiempo. Bajar en ascensor, en cambio, sí.

Vivíamos en la cuarta planta, por lo que no era raro encontrarse con alguno de los vecinos. Cabe mencionar que si nosotros no eramos... respetables, ellos lo eran mucho menos. Aún así, optábamos por un fortuito cruce de miradas, palabras, e hipocridades que tanto acostumbrábamos con cualquier ser humano. Excepto con una persona.

31 jul 2013

Capítulo II, un día de curro.

 — Lou arriba. Hoy es viernes y me tienes que ayudar con el reparto.
 — ¿C...cómo? ¿Otra vez?
 — Sí, así que mueve tu culo de ahí y vístete. No te vendría mal tampoco una ducha— dijo mientras recogía la ropa del suelo.
 — Dame un respiro.

Era cierto que apestaba. No importa. Cojo una camisa nueva y la incorporo a mi personalidad.

 — Lou no me jodas, ¿otra vez esa camisa?
 — ¿Qué le pasa?
 — Que es gris.
 — ¿Y qué? ¿Acaso el gris no forma parte de nuestras incoloras vidas?
 — Sí, pero es que cuando la compraste era blanca.
 — ¡Bah...! Qué sabrás tú.

Llegamos a la misma hora de siempre. Tarde. En mi reloj había dos horas: dormir y tarde. Y siempre llegaba tarde. Incluso a dormir. Vincent se acostumbró, Rick, el que atendía las llamadas, se acostumbró, la limpiadora se acostumbró, el jefe se acostumbró. ¿Qué más daría?

28 sept 2012

Capítulo I, el baño.

Me desperté con el ruido de la cisterna. Vi la silueta de Vincent lavándose los dientes y dejando correr el agua del grifo. Yo estaba teniendo uno de mis despertares en el baño, en el suelo, entre el WC y la bañera. Vicent se sentó, comenzó a cagar.

 - Debes creerme si te digo que me he enamorado de ella.
 - Venga ya, Vincent.
 - Para ti todo es más fácil, tienes a Carol siempre ahí.
 - No digas tonterías.

Me levanté del suelo, y me metí en la bañera, que estaba aún con agua del día anterior. O de hace una semana.